martes, 6 de noviembre de 2012

Qué complejos...

Qué complejos esos días en que uno siente que se mueve por inercia...
Esas horas muertas en que aunque se tenga una lista interminable de tareas, el cuerpo y la mente no responden...
Esos momentos en que uno se siente en el lugar equivocado y aun así, no puede, no debe irse...
Esos instantes en que uno mira alrededor y no encuentra nada interesante...
Esos tiempos en que uno siente que deja de crecer...

La cuestión es que, pese a que sean complejos y eternos, no queda más remedio que pasar por ellos, vivirlos y asumirlos...

Porque esos complejos días, esos tediosos días, no son sino la antesala de los maravillosos días, de los instantes que se atesoran en el corazón...son el pasado bien vivido de las victorias, la siembra de esos frutos tan añorados...la pausa tan necesaria para que suene la melodía...

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