domingo, 31 de diciembre de 2017

Respuesta a una promesa

Aunque es una de las cosas que más me gustan, cada día se disminuye mi posibilidad de escribir. No es que se pierda la posibilidad de un Nobel en literatura ni nada parecido; sin embargo, sí se pierde mi posibilidad de desahogo, de catarsis, de autoretroalimentación (si se me permite el atropello al idioma con esa palabra).
Porque al escribir le pongo orden a mis ideas, a mis sentimientos, y a mis sueños. Y este blog ha sido el espacio para ese fin, aun cuando no publique todo lo que aquí se guarda como borrador, porque claramente hay cosas que uno no quiere que estén por ahí como pruebas de primera mano de emociones y vivencias tan íntimas, así que las escribo y las guardo en un rinconcito de este lugar, reservado para mí.

Hoy, terminando el 2017, he querido publicar algo de lo que he escrito, únicamente porque uno de mis pocos lectores (si no el único) me manifestó que ya era tiempo de escribir en el blog, y yo le prometí que lo haría. Esta persona tal vez piensa que no significa nada en mi vida o que está asociado a cosas negativas en ella, pero no es así. Es una persona de quien aprendí muchas cosas, con quien tengo muchas otras en común, y con quien ojalá en otra vida tenga la oportunidad de interactuar un poco más. He buscado dentro de mis borradores algo digno de mostrar y no encontré nada (o tal vez encontré demasiado), así que sencillamente estoy dejando que mi alma me lleve mientras escribo sin edición.

Es una buena vida, es una maravillosa vida la que tengo. Este año me devolvió a personas muy importantes en mi vida, me permitió perdonar, se llevó también a alguien a quien quiero con el alma, pero supongo que es una especie de equilibrio. Mi familia se ha fortalecido, mi relación de pareja está en un momento de enfoque hacia el mismo camino, veo a mis hijas felices, mis padres siguen conmigo, mis amigos y amigas también, el trabajo que tengo ahora me permite aportar en la transformación de la vida de las personas, y para bien que no es lo mismo, tengo salud, tengo miles de ideas para seguir trabajando y siendo feliz, no en ese orden. En suma, es un excelente balance.

¿A qué más?

Pd. Felices fiestas, y feliz vida para aquellos/as que por cualquier razón lleguen a esta casa.

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