jueves, 10 de marzo de 2016

A propósito del "Día de la Mujer"

El 8 de Marzo es un día en que se conmemora la lucha por los derechos de la mujer; lucha que la ignorancia y la sociedad patriarcal y capitalista disfraza con flores, bombones y esquelas, queriendo ocultar la necesidad histórica de reivindicación de la mujer en todas las esferas de la vida.
Esa ignorancia ahora habla de hembrismo, y hasta encontramos a esas mujeres que no miran más allá de lo que ven los ojos y se quejan de las feministas por exigir derechos antes que fiestas.
Quienes vemos esta fecha como un recorderis de las terribles atrocidades que han vivido las mujeres por levantar su voz nos hemos convertido en algo así como el grinch del 8 de marzo.

Además, feminista es sinónimo de puta, "machorra", extremista, fanática, feminazi; y hay quienes se indignan porque la exigencia de la equidad les suena a la pérdida de la esencia dulce y dócil de la mujer. Me perdonan pero: ¿habráse visto semejante estupidez? Sí, es una resignificación que a muchos les da miedo: a los hombres porque pierden el poder, y a algunas mujeres porque tienen que asumirlo.

En lo que a mí concierne, quisiera no estar programada de una forma tan patriarcal, pero así es. Y lucho todos los días de mi existencia por asumir mi vida con libertad, autonomía y responsabilidad.

Soy una mala madre, dirán algunos. Soy una fácil, dirían otros. Soy una insolente!
Pero no. Soy un ser humano. Punto.

Quiero atrapar el mundo con mis manos
Quiero darle mi cuerpo y mi alma a quien se me antoje. No soy propiedad de nadie.
Quiero ser valorada intelectualmente sin matices de género, sin que mi maternidad sea una variable de análisis.
Quiero ejercer mi maternidad sin que las demás mujeres me agredan con sus generadores de culpa por no ser una madre de "tiempo completo".
Quiero vivir sin culpas, a plenitud, y sin sentirme en la obligación de servirle a un hombre por ser hombre.
Quiero tener una vida social sin permisos.
Quiero decidir sobre mi vida laboral y mi crecimiento profesional.
Quiero que mis hijas sean libres e independientes.

No quiero flores, quiero respeto. De hombres y mujeres. El mismo respeto que yo debo darle a los demás.
Pero sobre todo, quiero que no me vengan con cuentos de hadas donde atrapar a un hombre es el fin de la vida y el comienzo del felices para siempre. Quiero derechos, quiero poder Ser.

No quiero ni estoy en edad de tolerar un neopatriarcalismo. Ya he tenido suficiente de eso.

Así que, la lista es larga. Seguimos en la construcción diaria de equidad!

No hay comentarios:

Publicar un comentario