Te doy una canción

Publico esta canción, de las que más me gustan, de las que más disfruto del Aprendiz, porque me restaura, me calma, me inquieta, me da muchas cosas de las que necesito en este momento de mi vida, un momento en el que necesito reencontrarme con lo que creo, siento y hago…


Y a propósito, la letra de ésta, considerada una de las mejores canciones del trovador, donde el amor se hace grande y donde han reposado tantas veces mis sentimientos…


“Cómo gasto papeles recordándote,
cómo me haces hablar en el silencio,

cómo no te me quitas de las ganas

aunque nadie me ve nunca contigo.
Y cómo pasa el tiempo que de pronto son años
sin pasar tú por mí, detenida.
Te doy una canción si abro una puerta

y de las sombras sales tú.


Te doy una canción de madrugada,
cuando más quiero tu luz.
Te doy una canción cuando apareces
el misterio del amor,
y si no lo apareces no me importa:
yo te doy una canción.


Si miro un poco afuera me detengo:
la ciudad se derrumba y yo cantando,
la gente que me odia y que me quiere
no me va a perdonar que me distraiga.


Creen que lo digo todo, que me juego la vida,
porque no te conocen ni te sienten.


Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar.
Te doy una canción con mis dos manos,
con las mismas de matar.


Te doy una canción y digo: “Patria”,
y sigo hablando para ti.
Te doy una canción como un disparo,
como un libro, una palabra, una guerrilla:
como doy el amor”

Y un epílogo:
“Para vivir necesitamos un mundo donde todos sean importantes, además de cada uno. Y que ese cada uno indivisible sepa tener conciencia de que, cuando se habla de especie, la selección natural no puede ser por el tamaño del bolsillo, sino por la profundidad del espíritu, por la capacidad de vernos y de trabajar como un gran organismo que necesita crecer junto. De otra forma no me parece que haya salvación posible. Ni individual ni colectiva”. Silvio Rodríguez Domínguez, en segundacita.blogspot.com